Jubilados activos, por necesidad

Un trabajador que ha alcanzado los 65 años, o los 60 en el caso de las mujeres, y que ha cumplido con 30 años de aportes, es un potencial jubilado. Pero ¿qué sucede cuando se llega a ese umbral, antes de la salida del mercado laboral y se continúa trabajando? Por placer, energía sobrante o cuestiones personales, o por lo insuficiente de los haberes jubilatorios, son cada vez más los que deciden continuar su marcha al alcanzar la edad del retiro.

Quien tramite la jubilación, explica Juan Carlos Cerutti, socio del estudio Cerutti, Darago, Lupi & Asociados, puede seguir trabajando. La percepción de los haberes no es incompatible con el trabajo en relación de dependencia. “La capacidad de trabajo de las personas ha crecido notablemente; hoy, una mujer a los 60 es joven para jubilarse. Entonces, muchos deciden seguir generando ingresos”, dice Cerutti.

El especialista advierte que “lo que tiene que saber es que una vez realizado el trámite (el empleador puede intimarlo al cumplir la edad establecida por ley para que lo inicie, y a partir de esa intimación hay un año de plazo), el empleador puede terminar el contrato de trabajo sin la obligación de pagar una indemnización”. Ocurre que el umbral etario finaliza el contrato en vigor hasta ese momento.

Entonces, para aquellos que continúan trabajando, la jubilación da pie a un nuevo contrato laboral. Por lo tanto, señala Cerutti, en el vínculo renovado quedará sin efecto el beneficio de la antigüedad porque la cuenta vuelve otra vez a cero.

En relación con el salario, no existen grandes diferencias entre lo que cobra un jubilado respecto de un trabajador activo. Lo que opera en favor del primero, ahonda el especialista en derecho laboral, es que deja de aportar a la obra social al pasar a PAMI, la cobertura de los jubilados (a la que aporta pero con el descuento de su haber jubilatorio).

Así, desde el punto de vista de las empresas, el jubilado es menos costoso que el activo, porque paga menos por la cobertura de salud.

Recursos escasos
Seguir trabajando en edad posjubilatoria, dice Paula Molinari, directora de Whalecom, no tiene que ver con una ambición de acumular capital en los últimos años de actividad, sino de mantener un estatus de vida, que difícilmente los haberes podrían cubrir. Según los datos publicados por la Anses, el haber jubilatorio medio se ubica, desde este mes, en $ 7661,99, tras la suba del 12,4% dispuesta por la ley de movilidad que rige desde 2009.

Tras el incremento otorgado en marzo, el alza en 2015 para 6,4 millones de jubilados y más de 1,5 millón de beneficiarios de pensiones no contributivas, alcanzará el 33%. La marca quedará por encima de la proyección de inflación anualizada de los alimentos, estimada por la consultora especializada CCR en torno del 27% .

30 de diciembre 2016, LA NACIÓN

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